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El bullying, la lacra que se esconde tras los mantras: "Mata a más de 200.000 escolares todos los años"
Carmen Guillén, presidenta de la Asociación Salmantina contra el Bullying y el Ciberbullying, destaca que las llamadas pidiendo ayuda han aumentado
Catorce años. Esa es la edad con la que Sandra Peña decidió quitarse la vida el pasado 14 de octubre en Sevilla. Un final abrupto a causa del bullying recibido en su colegio, el centro Irlandesas de Loreto de su ciudad. Las quejas de los padres al propio centro no cambiaron nada y la joven continuó envuelta en su pesadilla particular. Una pesadilla que acabó de la peor manera posible y que ha vuelto a sacar a flote un tema que queda olvidado cada cierto tiempo, pero que es un problema diario para miles de personas en su día a día.
La muerte de Sandra Peña se ha traducido en un grito de la sociedad española, esa que ha recalcado la necesidad de acabar con una lacra que sigue segando vidas. Esa que se oculta tras el mantra de 'son cosas de niños', esa que "es la primera frase que disculpa al acoso escolar", tal como recoge Carmen Guillén, presidenta de la Asociación Salmantina contra el Bullying y el Ciberbullying -ASCBYC-. "A veces los niños no pueden o no saben cómo arreglar estas cosas. Creo que cuando un niño no se ríe, cuando un niño no disfruta con algo, ya no es ninguna broma, ya las cosas de niños dejan de serlo y se convierten en cosas de mayores", recalca Guillén, quien incide en que "ese mito y leyenda de las cosas de niños se tiene que ir ya olvidando"
Pero junto a esa frase resuena constantemente otra: ha existido siempre. "En eso tienen toda la razón, pero no hasta los extremos en lo que lo estamos viendo ahora", recalca la presidenta de ASCBYC. Guillén pone el foco en un tiempo presente donde "la maldad se hace patente, no solamente en los centros educativos, sino a través de redes sociales, a través de inteligencia artificial, a través de otros ciberdelitos. Tenemos que ser conscientes de que no podemos vivir anclados en historias y en sociedades que ya no existen".
El suicidio de Sandra Peña no ha alentado solo a la sociedad en general para buscar cambios, sino que ha servido para que otros niños afectados por el bullying den un paso al frente para buscar ayuda, un "punto de inflexión" que han notado en esa asociación salmantina, donde han recibido llamadas pidiendo ayuda de algunos niños que "le han puesto nombre" a su situación. "Hay muchas más llamada, mucha más gente pidiendo información", una subida que entre las diferentes asociaciones hablan de que se coloca entre un 50% y un 60% respecto a antes del suicidio de Sandra. Llamadas que durante la mañana del lunes llegaron a ser cuatro en el teléfono de ASCBYC, ese que no se apaga nunca, al igual que el correo electrónico, la página web o las redes sociales de la organización desde donde brindan cualquier ayuda necesaria.
Las llamadas llegan de parte de los padres y de los propios afectados, algo que sorprende a Guillén, quien recalca que si bien antes solían ser los familiares los que llamaban buscando ayuda, ahora el paso lo dan también los niños y jóvenes. Llamadas de auxilio que llegan a una organización que está cerca de cumplir una década ayudando a luchar contra el bullying. Diez años donde el mensaje ha sido claro: "Hay que pedir ayudar. No podemos permitirnos el perder una vida más".
"No podemos permitirnos que haya niños en unidades de trastornos alimentarios, que haya niños en unidades de psiquiatría, de salud mental. No podemos permitirnos ese tipo de cosas. ¿Qué tipo de sociedad somos? ¿Cómo cuidamos a nuestros niños?", lamenta Guillén, recalcando que esta problemática "mata a más de 200.000 escolares todos los años a nivel mundial", algo que le lleva a "preguntarme muchas veces qué tipo de mundo estamos creando y en qué sociedad estamos viviendo que permite todo este tipo de situaciones"".
Por ello, la demanda es clara para buscar cambiar esta realidad. Las organizaciones mantienen su reivindicación de reformar la Ley del menor, el nacimiento de la Ley contra el acoso escolar y que la Ley LOPIVI –Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia- se implante en su totalidad y con los recursos necesarios. Pero más allá de los cambios legislativos, Carmen Guillén aboga por formar a través de una asignatura de acoso escolar en las carreras universitarias donde los egresados vayan a tener contacto con niños.
Sin embargo, la apuesta clara es la prevención. "Creo que todos los planes cuando se ponen en marcha siempre es tarde para alguien. Tenemos que apostar por la prevención y por la educación y eso empieza desde la cuna. Hay que hacerles ver a los padres que esto está presente en este tono. Hay que hacerles ver a los niños que a los colegios se va, indudablemente, a aprender, pero también a respetar".
Una receta con la que podría llegarse a concienciar a las futuras generaciones para dejar cuanto antes atrás una realidad que amarga la vida de miles de escolares. Miles de vidas golpeadas por el bullying, tanto físicamente como verbalmente.
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