En las noches europeas de EuroCup también hay lecciones. Perfumerías Avenida viajaba a Lituania con el cartel de favorito y la libreta llena de objetivos: ganar, sí, pero también ajustar automatismos, repartir minutos y confirmar sensaciones.

La primera defensa no salió bien y fue el Neptunas quien abrió el marcador, pero esa acción inicial sirvió más de despertador que de amenaza. A partir de ahí, Avenida empezó a mandar con la autoridad que marca Claudia Soriano cuando lleva el timón. Y cuando el ritmo lo pone ella, el juego se acelera. Mucha atención en el uno contra uno, manos rápidas, recuperación y a correr. Los puntos llegaron en cascada: contraataques de Zellous y Cave, pases medidos de Soriano —que además sumó un triple y dos tiros libres— y un parcial de 2-9 que obligó al banquillo local a parar el partido en apenas dos minutos.

El guion no cambió. Con dominio en el rebote y salidas muy verticales, Avenida mantenía el control, siempre por delante, con una claridad que se tradujo pronto en +10 tras otra acción marca de la casa: bloqueo de Cave y finalización de Soriano para el 5-15. El nivel defensivo del equipo salmantino era un quebradero de cabeza constante para el ataque lituano y, además, cerca del aro, las de Anna Montañana hacían daño tanto en penetraciones como en conexiones interiores, ahora con Djaldi-Tabdi entrando en escena para poner el 5-19.

El inicio de las rotaciones introdujo algunos desajustes atrás y el Neptunas lo aprovechó para ganar algo de confianza. Con tiros forzados pero efectivos, las locales encadenaron un parcial que llevó a Montañana a pedir tiempo muerto. Avenida se atascó momentáneamente en el tiro exterior y el rival recortó distancias, aunque una canasta de Vilaró rompió la sequía. La propia Vilaró recuperó un balón que permitió a Iyana Martín anotar y cerrar el primer cuarto con luces y sombras, pero con ventaja clara: 18-25.

El segundo parcial arrancó con la misma energía del cierre anterior. Mejor colocadas atrás, las salmantinas anticipaban sobre líneas de pase y castigaban cada pérdida con velocidad. Cave, siempre rápida para recoger balones y atacar el aro, fue la punta de lanza de un nuevo parcial de 0-8 que volvió a desbordar a las locales y obligó otra vez al banquillo lituano a pedir tiempo muerto.

La historia se repitió: tras la pausa, Solopova acertó desde el triple para frenar el impulso de Avenida, que esta vez tardó un par de ataques en reencontrar fluidez. Pero ahí apareció Belén Arrojo, incansable en la lucha por cada balón suelto, y también Spreafico, aportando desde la serenidad: canasta, asistencia y una falta en ataque provocada. El resultado, un estirón hasta el +17 que reflejaba la superioridad azulona. El cuarto se cerró del mejor modo posible: canasta de Martín, triple de Spreafico y una sensación nítida de control total. Al descanso, 28-51 y partido encaminado, con Avenida dictando el ritmo y la lección.

Como tarea pendiente, el equipo de Salamanca había acusado en otros encuentros la falta de remate cuando tenía al rival contra las cuerdas. Ese era el reto en el inicio del tercer cuarto. Y comenzó bien, encontrando de forma precisa a sus interiores, claramente superiores en la zona. Aun así, el Neptunas también aprovechó sus balones interiores hacia Llepina para sumar, y pese al +24 visitante, Montañana pedía tiempo muerto para ajustar detalles.

En la reanudación, el partido bajó una marcha, pero Avenida mantuvo la brújula firme. Neptunas intentaba buscar grietas con alguna penetración puntual, aprovechando el primer paso para superar a las defensoras azulonas —una situación que a Mouss le costó un par de faltas más—, y sumaba puntos desde el tiro libre. La del equipo salmantino, sin embargo, respondían con una anotación repartida, alguna circulación de las que se muestran en vídeo y sin exhibiciones individuales pero con la constancia suficiente para sostener siempre la distancia.

El único tramo de cierta confusión llegó en el cierre del tercer cuarto, cuando el conjunto lituano sorprendió con una presión sobre el saque de fondo que incomodó por momentos a Avenida. Pero el colchón de ventaja era ya amplio, y el marcador al final del periodo, 44-65, dejaba el trabajo bien encaminado.

Quedaba el remate. Un último cuarto más áspero, con un arbitraje irregular y un rival que mordía en cada acción para maquillar el resultado. Tocaba adaptarse: a los contactos, a los parones, a los pequeños desórdenes que también forman parte de las noches europeas. Avenida lo hizo con temple, sin perder la estructura ni precipitarse ante los espacios que dejaba el cansancio del Neptunas. Cave seguía apareciendo en la cercanía del aro, con su instinto infalible para recoger y convertir, mientras las rotaciones daban minutos a todas.

Sin bajar los brazos atrás hasta el final y con los puntos de Soriano y Tabdi para cerrar la cuenta, Avenida firmó su tercera victoria (61-88), sólida. Un triunfo que deja al equipo salmantino en la senda correcta.