El Beato de Liébana que custodiaron los sabios de Salamanca y acabó en la British Library

El célebre códice medieval pasó por el Colegio Mayor de San Bartolomé y hoy se conserva en la biblioteca británica

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El Beato de Liébana que custodiaron los sabios de Salamanca y acabó en la British Library
Un Beato de Liébana (Foto: Archivo-Ical)
El autor esIsabel Andrés Rodríguez
Isabel Andrés Rodríguez
Lectura estimada: 2 min.

El Día de las Bibliotecas, que cada 24 de octubre celebra el valor del conocimiento, la lectura y la conservación del patrimonio escrito, ofrece una oportunidad única para recordar la historia de uno de los manuscritos más fascinantes nacidos en tierras castellanas: los conocidos como 'Beatos de Liébana' uno de los cuales se conserva en la British Library de Londres. Lo que pocos saben es que este códice monumental estuvo custodiado en Salamanca, donde residió durante un tiempo antes de emprender su viaje definitivo al Reino Unido.

A finales del siglo XI los monjes del Monasterio de Santo Domingo de Silos, en Burgos, copiaron e iluminaron uno de los textos más leídos y copiados de la Edad Media: el Comentario al Apocalipsis del monje cántabro Beato de Liébana (siglo VIII).

Se trata de obras excepcionales, no solo por la calidad de su caligrafía y sus ilustraciones miniaturas, sino porque representan el puente entre lo espiritual y lo artístico. Fueron concebidos como una joya litúrgica, pensada para perdurar.

Durante siglos, el códice que hoy custodia la biblioteca británcia permaneció en Silos, pero su destino cambió con el paso del tiempo. No se conoce en qué momento salió del monasterio burgalés, pero lo que sí se sabe es que en el siglo XVII perteneció al cardenal Antonio de Aragón, quien pudo depositarlo en el Colegio Mayor de San Bartolomé de Salamanca, una de las instituciones más prestigiosas de la ciudad universitaria. Allí convivió con manuscritos, códices y obras teológicas de enorme valor.

Cuando Carlos IV ordenó disolver los colegios mayores salmantinos y el 'Bartolo' fue suprimido, el códice, al igual que el resto de libros de sus bibliotecas, se trasladó a la Biblioteca Real de Madrid. Se supone que desde allí fue tomado por José Bonaparte cuando fue rey de España y, posteriormente, lo vendió al Museo Británico el 9 de mayo de 1840. Desde entonces, se conserva en Londres con la signatura Add. MS 11695.

El manuscrito contiene cuatro partes diferenciadas y contiene el libro de 106 miniaturas, lo que lo convierte en una auténtica joya.

Esta obra recuerda que las bibliotecas son algo más que lugares de lectura: son guardianas del tiempo. Su historia demuestra que los libros pueden viajar, perderse y cambiar de manos, pero nunca dejan de contar la historia de quienes los crearon y conservaron.

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