El homenaje se celebrará en el descanso del duelo ante Estudiantes, en un Würzburg rebautizado como Silvia Domínguez, símbolo absoluto de la mayor leyenda del club
Unionistas resiste: la 'aldea' que no se rinde
Ante un flojísimo Mérida y tras un anodino y flojo primer tiempo, el segundo tiempo encendió la chispa que faltaba y llegó la segunda victoria (2-0)
Dicen que incluso en las aldeas más pequeñas, cuando el enemigo aprieta las murallas, surge una fuerza que no entiende de clasificaciones ni de estadísticas. Algo de eso debe quedar todavía en Unionistas, ese equipo que se comparó con la aldea de Astérix y Obélix, rodeado de gigantes pero fiel a su espíritu rebelde tras seis jornadas que han dejado más sombras que certezas. A estas alturas el orgullo se convertía en necesidad y frente al Mérida, equipo de la ciudad heredera de la vieja Roma que un día quiso someterlo todo, los blanquinegros buscaban recordar que aún queda magia en el pueblo que no se rinde. Y es que cuando la fe titubea y el fútbol no acaba de llegar, solo el escudo sostiene y el escudo de Unionistas ya pesa demasiado como para no defenderlo.
Bajo esa premisa esperaba la afición que su equipo afrontara la cita en el Reina Sofía. El equipo salió con intención de mandar, presionando arriba en los primeros compases, pero la llama se apagó rápido. A los dos minutos, Álvaro García se coló con facilidad entre líneas y recordó que la fragilidad sigue instalada atrás. A partir de ahí, el partido se convirtió en un intercambio de imprecisiones, de pases que no llegaban y ataques que morían antes de nacer.
Solo una llegada por banda de Álvaro Gómez, con centro al primer palo que Pere Marco no pudo dirigir a portería, dio algo de color a una primera parte en blanco y negro. El disparo sin convicción de Areso al lateral de la red simbolizó bien de qué iba el partido. Las tarjetas a Doncel y Prada fueron lo más destacado en 45 minutos en los Mario Simón llegó a pedir una revisión que podría haber cambiado el guion, si hubiera habido expulsión, aunque el árbitro dictaminó que no había nada.
El público, entre la resignación y la rutina, apenas reaccionó. El Reina Sofía se aburrió y calló, como si esperara una señal que no llegaba pero Unionistas se iba al descanso sin magia, sin chispa y sin señales del viejo espíritu que tantas veces encendió el Reina Sofía y es que los primeros 45 minutos dejaron más bostezos que emociones, un ejercicio de contención en el que ni el miedo ni la necesidad se transformaron en fútbol. Había que ver si en el vestuario alguien se caía en la marmita para rebelar que este equipo nació para rebelarse, no para conformarse.

El descanso pareció servir de poco o de todo, según cómo se mire. Porque cuando el reloj apenas empezaba a rodar de nuevo, el Reina Sofía despertó. En el minuto 49, una jugada sin aparente peligro terminó convirtiéndose en la chispa que tanto se echaba de menos tras balón rebotó entre el portero, el defensa y Abde solo tuvo que empujarlo para poner el 1-0. No fue un gol de belleza, pero sí de instinto, de esos que nacen de la fe más que del talento.
El tanto pareció recordar a Unionistas un poco de su ADN. Se replegó un poco, le puso un punto más de intensidad, corrió con sentido y, sobre todo, se convenció de poder sacarlo adelante. Mario Simón movió el banquillo en el 59: Abde y Pere Marco dejaron su sitio a Hugo de Bustos y Aarón Piñán. El cambio resultó providencial. Tres minutos después, en el 62, una recuperación en campo propio encendió la mecha. Álvaro corrió por su flanco con decisión, cruzó el balón al otro lado del área y De Bustos, el canterano, controló con serenidad y la colocó al fondo de la red. 2-0. Alivio: ese gol olía a redención al menos en esta jornada.

El Mérida, herido, trató de reaccionar. Movió piezas -Doncel, Beneit y Areso dejaron paso a Ruiz Gómez, Artola y Corral-, pero el guion ya parecía escrito. Los visitantes apretaron y llegaron un par de disparos desde la frontal bien controlados por Unai Marino que vivía hasta el momento el duelo más tranquilo en lo que va de temporada. Jota, amonestado, dejó su sitio a Luis Roldán y a Gastón Valles, que debutó a las pocas horas de llegar para mostrarse como una alternativa más mientras De Bustos, además, dejó otra jugada marca de la casa en el 84, desbordando y sirviendo un balón que De la Nava no pudo aprovechar.
El pitido final llegó con el Reina Sofía reconociendo la mejora del segundo tiempo. No fue una exhibición ni mucho menos pero sí una declaración de que este equipo o aún respira lo que significa resistir, la aldea sigue en pie.
FICHA DEL PARTIDO
UNIONISTAS: Unai Marino, Gorjón, Farru, Juanje, Jota López (Luis Roldán, min. 82), De la Nava (Ramiro, 88), Álvaro Gómez (Gastón Vallés, min. 82), Prada, Jan Encuentra, Pere Marco (Aarón Piñán, min. 60) y Abde (Hugo de Bustos, min. 60).
MÉRIDA: Adrián, Javi Lancho, Chiqui, Martín, Álvaro, Doncel (Rui Gómez, min. 65), Areso (Corral, min. 65), Gaizka (Rodrigo, min. 86), Pipe (Jacobo, min. 78), Beneit (Artola, min. 65), Eudald.
ÁRBITRO: Daniel Clemente Manrique. Amarillas para Prada, Gorjón, De la Nava, Jota de Unionistas. También a Donce, del Mérida.
GOLES: 1-0, min. 49, Abde. 2-0, min. 62, De Bustos
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada siete de Liga disputado en el Reina Sofía ante 3.315 espectadores.
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FICHA DEL PARTIDO
UNIONISTAS: Unai Marino, Gorjón, Farru, Juanje, Jota López (Luis Roldán, min. 82), De la Nava (Ramiro, 88), Álvaro Gómez (Gastón Vallés, min. 82), Prada, Jan Encuentra, Pere Marco (Aarón Piñán, min. 60) y Abde (Hugo de Bustos, min. 60).
MÉRIDA: Adrián, Javi Lancho, Chiqui, Martín, Álvaro, Doncel (Rui Gómez, min. 65), Areso (Corral, min. 65), Gaizka (Rodrigo, min. 86), Pipe (Jacobo, min. 78), Beneit (Artola, min. 65), Eudald.
ÁRBITRO: Daniel Clemente Manrique. Amarillas para Prada, Gorjón, De la Nava, Jota de Unionistas. También a Donce, del Mérida.
GOLES: 1-0, min. 49, Abde. 2-0, min. 62, De Bustos
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada siete de Liga disputado en el Reina Sofía ante 3.315 espectadores.








