Jane Goodall, la mujer que nos enseñó a mirarnos en el espejo de los chimpancés

La etóloga británica falleció a los 91 años en California dejando un legado científico y humano que transformó para siempre la comprensión de la naturaleza

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Jane Goodall, la mujer que nos enseñó a mirarnos en el espejo de los chimpancés
Jane Goodall, antes de una ponencia en Málaga. (Foto: EFE)
El autor esTeresa Sánchez
Teresa Sánchez
Lectura estimada: 2 min.

Jane Goodall (Londres, 1934 – California, 2025) fue mucho más que la mayor experta mundial en chimpancés. Fue pionera, exploradora, científica y activista incansable. Conocida como Lady Chimpancé, dedicó más de seis décadas a observar, comprender y proteger a los primates que consideraba "nuestros parientes más próximos". Falleció a los 91 años por causas naturales, según confirmó el Instituto Jane Goodall.

Su vida estuvo marcada por la curiosidad y la determinación. Desde niña, con un chimpancé de peluche llamado Jubilee en brazos, soñaba con vivir entre animales, inspirada por libros como Tarzán o El libro de la selva. A los 23 años viajó a África y, bajo el impulso del antropólogo Louis Leakey, inició en 1960 el histórico proyecto de Gombe (Tanzania). Aquella misión que debía durar unos meses se transformó en el gran propósito de su vida.

Goodall revolucionó la ciencia al demostrar que los chimpancés fabrican herramientas, se alimentan de carne, utilizan plantas como medicina y transmiten conocimientos culturales. También documentó sus emociones: el amor, la ira, los celos o la capacidad de adoptar crías huérfanas sin relación de parentesco. Estos hallazgos derribaron la frontera rígida entre "lo humano" y "lo animal".

Con un doctorado en Etología por Cambridge y el Instituto Jane Goodall fundado en 1977, dedicó su madurez a la conservación y a difundir su mensaje por el mundo. El emotivo abrazo que recibió en 2013 de Wounda, una chimpancé liberada en el Congo, se convirtió en símbolo de su vida entregada a la naturaleza.

Su legado se resume en 26 libros, decenas de documentales, un centenar de premios internacionales —entre ellos el Príncipe de Asturias (2003) y el título de Dama del Imperio Británico (2004)— y la inspiración que dejó a generaciones de científicos y ambientalistas. Fue Embajadora de la Paz de la ONU y doctora honoris causa por 45 universidades.

En el plano personal, se casó dos veces: primero con el fotógrafo Hugo van Lawick, con quien tuvo a su único hijo, Hugo Eric Louis; y después con Derek Bryceson, quien falleció en 1980.

"Lo que haces marca la diferencia y tienes que decidir qué tipo de diferencia quieres marcar", repetía Goodall. Ese mensaje, unido a su ejemplo vital, constituye un legado de esperanza para la humanidad y para el planeta que tanto defendió.

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