La situación de los incendios en la provincia de Salamanca presenta dos escenarios diferenciados pero igualmente complejos, según se informa desde la Delegación territorial. 

En El Payo, los trabajos iniciales se centraron en proteger el núcleo urbano reforzando el flanco izquierdo. Con el pueblo ya completamente seguro, los esfuerzos se trasladan ahora al flanco derecho, menos trabajado hasta el momento.

La caída del viento ofrece una ventana favorable para avanzar en la extinción durante la noche y comenzar a cerrar el perímetro. Sin embargo, el paveseo sigue siendo el principal enemigo: las pavesas, proyectadas hasta 300 metros, amenazan con encender nuevos focos, sobre todo en zonas de pinares jóvenes muy densos y, por tanto, altamente inflamables.

En Cipérez, el fuego ha mostrado una propagación vertiginosa, recorriendo unos 20 kilómetros en poco tiempo.

La intervención de los operativos logró evitar que las llamas alcanzasen una fábrica de obleas con un gran depósito de propano, lo que suponía un riesgo añadido.

El terreno afectado es principalmente de dehesa con arbolado disperso y pasto, pero el avance obligó a evacuar Dejo de los Reyes y Cerezal del Puerto. Hasta ahora, el trabajo se ha centrado en proteger las poblaciones, dejando pendiente la compleja tarea de cerrar los flancos.

La cabeza del incendio se dirige hacia el embalse de la Almendra, donde se prevé frenar su avance y comenzar el cierre del perímetro.