Después de más de seis décadas sin recibir la visita de un obispo para celebrar el sacramento de la Confirmación, el pequeño municipio salmantino de Valero volvió este sábado a ser escenario de una jornada histórica para su comunidad cristiana.

José Luis Retana, obispo de Salamanca y Ciudad Rodrigo, se desplazó hasta este enclave de la Sierra de Francia para confirmar a una casi veintena de personas procedentes de las localidades salmantinas Valero, Linares de Riofrío, Sotoserrano y también de Madrid.

Según relatan los catequistas locales, no había constancia de una ceremonia similar en el pueblo desde los años 60, lo que convirtió la ocasión en un hito religioso y social para la zona.

La iglesia parroquial de Valero, tradicionalmente dedicada a San Valerio, acogió el acto litúrgico en un ambiente cargado de emoción y simbolismo.

Tras la ceremonia, el Ayuntamiento ofreció un convite a todos los asistentes y aprovechó para invitar oficialmente al obispo a la fiesta patronal que se celebra el 29 de enero, en honor al santo patrón de la localidad.

Valero, que apenas supera el centenar de habitantes censados, ha visto cómo este tipo de celebraciones han ido desapareciendo progresivamente, al igual que en muchas otras localidades rurales de la provincia. Por eso, la presencia del obispo y la participación de varios municipios devolvieron por un día el bullicio y el espíritu comunitario.