Salamanca se ha convertido en la provincia con mayor inflación de Castilla y León, con una subida del 3 por ciento en los precios durante el último año, según los datos publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra supera tanto la media regional como la nacional, ambas situadas en el 2,3 por ciento.

El repunte mensual de precios en la provincia también es significativo, con un incremento del 0,8 por ciento en junio, sólo una décima por debajo de Segovia y Ávila, que lideran el aumento mensual con un 0,9.

Entre los sectores más afectados por la subida de precios en Salamanca destaca la alimentación. La cesta de la compra ha vivido importantes variaciones: los huevos son ahora un 19,3 por ciento más caros que en junio de 2024; las frutas frescas, un 14,3 por ciento; la carne de vacuno, un 15,9; y el café, cacao e infusiones se han encarecido un 19,7 por ciento. En el caso del pollo, la subida ha sido del 3,2 por ciento anual, aunque ha registrado un ligero descenso en el último mes.

En contraste, algunos productos han bajado de precio. Es el caso del aceite y las grasas, que se han abaratado un 40,7 por ciento respecto al año anterior, y del azúcar, con un descenso del 18,8 por ciento. También se ha observado una caída mensual del 4,7 por ciento en los aceites y del 1,8 en el azúcar.

Más allá de la alimentación, el informe del INE revela que el alquiler de vivienda se ha incrementado un 2,5 por ciento en Castilla y León, mientras que la electricidad, el gas y otros combustibles han subido un 4,5 por ciento en el último año, con un notable aumento del 2,8 por ciento solo en el mes de junio.

Otros sectores también reflejan el encarecimiento de la vida: los paquetes turísticos han subido un 10,9 por ciento en un solo mes, el tabaco un 1,5 y los servicios de transporte un 3,2 por ciento.

Por provincias, Salamanca lidera el ranking inflacionista autonómico con ese 3 por ciento de subida anual, seguida de Valladolid (2,6%) y Palencia (2,5%). En el otro extremo, Ávila presenta la menor variación con un 1,9 por ciento.

Con estos datos, la inflación en Castilla y León se sitúa en el 2,1 por ciento en el primer semestre del año, una décima por encima de la media nacional, lo que apunta a una presión sostenida sobre el poder adquisitivo de los hogares salmantinos, especialmente en bienes esenciales.