La campaña apícola 2025 está siendo "especialmente dura" para los apicultores profesionales, según ha denunciado COAG en un comunicado. Una situación que se produce debido a las bajas temperaturas y las persistentes lluvias de primavera, que han dificultado gravemente el desarrollo normal de las colmenas. Esta situación ha obligado a intensificar la alimentación suplementaria de las colonias para evitar su colapso, al no poder salir a recolectar los recursos naturales del campo.

"A pesar de estas dificultades, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) mantiene su intención de eliminar la alimentación de las colmenas de las ayudas incluidas en la Intervención Sectorial Apícola. Aunque en 2025 aún se subvencionarán estos gastos, no hay garantías de que esta línea de apoyo continúe el próximo año, lo que genera incertidumbre en el sector", denuncian desde COAG.

Las condiciones climáticas adversas también han provocado una "drástica caída de la producción". Según sus datos, la recolección de polen se ha reducido en torno al 40 % respecto a una campaña normal, y la cosecha de miel de primavera ha sido "prácticamente nula en toda España". La esperanza depositada en la floración de la retama se ha desvanecido en muchos lugares debido a las recientes olas de calor, que han deteriorado su flor.

En paralelo, los apicultores profesionales de Castilla y León han denunciado el mantenimiento del módulo fiscal del 26% en el IRPF, frente al 13% aplicado en 2024. Esta subida, considerada injustificada, se produce en un contexto en el que la miel se comercializa por debajo de su coste de producción. El precio medio de venta es de tres euros el kilo, mientras que producirla cuesta alrededor de 3,50 euros.

El descontento en el sector es creciente. Muchos temen que este incremento fiscal artificial repercuta en una subida de las cuotas de la Seguridad Social, agravando aún más la viabilidad económica de las explotaciones.

Además, en lo que va de 2025, la industria española ha importado más de 9.000 toneladas de miel a un precio medio de 1,92 euros el kilo. 

A esto se suma una nueva exigencia del MAPA: la contratación obligatoria de un veterinario de explotación para realizar visitas zoosanitarias, sin consenso previo con el sector. Este nuevo gasto resulta "inasumible" para muchas explotaciones que llevan años trabajando a pérdidas.

Desde el sector apícola se exige a la Administración la adopción de medidas urgentes para evitar la desaparición del modelo profesional de apicultura. Entre las demandas clave destacan el mantener las ayudas para la alimentación de las colmenas, eliminar la figura del veterinario de explotación en el sector apícola, controlar las importaciones de miel adulterada y ajustar la fiscalidad a la realidad del sector

"Llevamos cuatro años trabajando a pérdidas, y la situación ya es insostenible", alertan los profesionales del sector.