El corazón barroco de Salamanca ha latido con una intensidad especial. La Plaza Mayor se convirtió en el escenario del estreno del Festival Internacional de las Artes de Castilla y León (FÀCYL), que este año celebra su vigésima edición con un programa marcado por la innovación artística, la emoción colectiva y un claro compromiso con los valores humanos y universales.

La primera jornada del festival comenzó con una de las imágenes más poderosas en su historia: el desfile de 'Nana', una marioneta gigante de 4,5 metros de altura, acompañada por la percusión vibrante del colectivo 'Supervivientes'. Concebida por el artista sudafricano Roger Titley, conocido por sus esculturas cinéticas que cobran vida con la energía de los manipuladores, Nana representa a una niña de 10 años proveniente de Zimbabue, símbolo de la infancia migrante y de las historias silenciadas que atraviesan fronteras en busca de dignidad y esperanza.

Su recorrido por la plaza, entre asombro y emoción, no fue solo un despliegue técnico sino también un acto poético de visibilidad y empatía. Desde su creación en 2013 durante la Copa Africana de Naciones, Nana ha evolucionado en diversos contextos -como Tiny Tim en el desierto de Tankwa- y en 2023 renació como un emblema contra la xenofobia. A su paso por Salamanca, la marioneta encontró un nuevo escenario desde el que seguir inspirando solidaridad.

A continuación las miradas se alzaron hacia la imponente fachada de la Plaza Mayor para dar paso al espectáculo de videomapping 'El latido de la Luz', una obra de luz y sonido creada expresamente para celebrar los 20 años del FÀCYL. A través de proyecciones arquitectónicas, efectos tridimensionales y una narración visual emocionante, el mapping repasó los momentos clave del festival desde su fundación en 2005, cuando nació como una apuesta por las artes contemporáneas en el corazón patrimonial de Castilla y León. El espectáculo no solo rindió homenaje a su historia, sino que proyectó hacia el futuro el pulso de una cita cultural que ha sabido consolidarse y renovarse edición tras edición.

Y por si la noche aún no había alcanzado su clímax, llegó el turno de 'Euphoria', de la compañía catalana Sacude, una propuesta que combinó danza aérea, acrobacia y música en vivo en un formato multidisciplinar y participativo. Sobre una gran plataforma suspendida, los bailarines y acróbatas desafiaron la gravedad con coreografías intensas que hablaban de resiliencia, de celebración y de libertad. El público, entregado, vibró con una pieza que ellos mismos describen como "una catarsis trascendente" que invita al goce, al movimiento y a la comunión con el momento presente.

FÀCYL 2025 se estrenó así con combinación de compromiso social, tecnología creativa y espectáculo visual confirmó que, veinte años después de su nacimiento, el festival sigue siendo una referencia en el ámbito de las artes escénicas y visuales. Con actividades programadas hasta el 23 de junio en distintos espacios de la ciudad, esta edición busca seguir sorprendiendo, provocando y conectando a públicos de todas las edades.

Salamanca, una vez más, baila al ritmo del arte.