La Guardia Civil investiga al propietario de una explotación ganadera de una localidad de Burgos como presunto autor de un delito de maltrato animal por omisión prolongada de cuidados a varios de sus animales, entre ellos una decena de asnos, cuyo estado de salud reflejaba un deterioro grave.

Tres burros presentaban lesiones severas por falta de atención veterinaria, especialmente en sus cascos, que no habían sido recortados ni limpiados durante largo tiempo. Esto les provocaba dolor crónico, dificultad para caminar y un mal apoyo continuo. Ante la gravedad de las heridas, dos de ellos tuvieron que ser sacrificados por razones humanitarias, según informó la Guardia Civil.

La investigación comenzó tras la denuncia de un ciudadano que alertó en abril sobre la presencia de varios burros sueltos sin supervisión por la vía pública. Agentes del SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza) iniciaron las pesquisas y, junto a veterinarios oficiales, inspeccionaron dos naves y una parcela vinculadas a la explotación.

Allí se hallaron condiciones higiénico-sanitarias deplorables, con acumulación de excrementos de hasta un metro de altura en algunas zonas, ausencia de refugio para los animales, y perros atados con cadenas sin instalaciones adecuadas. En total, en la finca había 10 asnos, unas 50 cabras y ovejas, nueve perros adultos y once cachorros.

Además de las condiciones de abandono, se detectaron irregularidades en la documentación de los animales.

Para atender la situación, los agentes contactaron con el Centro Andalusí de Rescate de Caballos, una organización con sede en Alhaurín el Grande, que movilizó a dos veterinarios y un herrador profesional para realizar evaluaciones clínicas, cortar los cascos de los burros y proceder al sacrificio ético de los animales que no podían recuperarse.

La investigación continúa en curso y se podrían derivar responsabilidades penales por maltrato animal.