Un acontecimiento histórico y una oportunidad sin igual. Así han vivido los albenses la veneración pública de Santa Teresa, que ha finalizado ya en Alba de Tormes y por la que han pasado más de 90.000 personas llegadas de todo el mundo.

Este lunes se ponía el punto y final a los actos con el cierre de la urna y el traslado del sepulcro hasta el camarín alto, lugar donde ya reposa. Un acto seguido por cientos de vecinos, emocionados ante la oportunidad vivida.

"Mejor imposible porque a la Santa la veneramos todo el año, pero estos quince días con más devoción y con más alegría", aseguraban a las puertas del templo. 

"Estamos muy emocionados, hemos pasado dos semanas como nunca porque no nos podíamos imaginar que esto iba a ocurrir. Sí pensábamos que iba a ser importante pero ha sido mejor de lo esperado, han venido visitantes de todo el mundo, ha sido mundial porque Santa Teresa es de todo el mundo. Nos ha alegrado muchísimo, hemos estado muy felices y lo vamos a tener en la mente en lo que vivamos", apuntaban minutos antes de ver el sepulcro salir de la iglesia de La Anunciación.

Y es que los allí congregados coincidían en una idea: "es una cosa única". "Esto es grandioso, está muy bien organizado, esto parece Santiago en pequeño. Es precioso y muy emocionante".

En este sentido, han mostrado su desacuerdo con las declaraciones del obispo de Salamanca, José Luis Retana, en las que aseguraba que era "un error" mostrar el cuerpo de Santa Teresa para su veneración pública. "Para nosotros la Santa es importante y verla era muy importante", concluían.

Ha sido este un momento histórico, el periodo más amplio en el que los fieles han podido mostrar sus respetos a la Santa desde su muerte en 1528. Y es que es la tercera vez que se ha celebrado esta veneración, después de la que se produjo en 1760 durante unas horas y un día en 1914. Ahora han sido dos semanas en las que los restos de la Santa Andariega han sido venerados por los fieles de todo el mundo y que ha dejado un buen sabor de boca en la villa ducal.