No es solo una cifra. Alcanzar los 300 partidos en una semifinal de Liga con una camiseta como la de Perfumerías Avenida es mucho más que una estadística. Es una declaración de principios. Es la historia de una jugadora que ha sabido entender y representar la identidad de un club que vive el baloncesto con pasión, exigencia y ambición.

Desde su llegada procedente de La Seu, Andrea Vilaró se ha convertido en una pieza fundamental del equipo salmantino. Jugadora versátil, inteligente y con una entrega innegociable, ha demostrado temporada tras temporada que su valor va mucho más allá de los números. Puede anotar, defender, asistir o liderar desde la sombra; pero, sobre todo, puede competir y sumar en cualquier circunstancia.

Durante estos años, ha contribuido de forma decisiva a la conquista de títulos nacionales y ha sido protagonista en momentos históricos, como la clasificación a la final de la Euroliga en 2021. Cada una de esas 300 apariciones representa una pequeña victoria, una muestra de constancia y una huella en la historia reciente del club.

Su historia en Avenida es también una historia de lealtad mutua, algo cada vez más raro en el deporte profesional. La presencia de Andrea Vilaró refleja una simbiosis perfecta entre jugadora y club, entre una profesional que ha sabido ganarse el respeto y el cariño de la afición, y una institución que ha sabido confiar en su talento y compromiso.

En un baloncesto que a menudo se mueve por ciclos cortos y cambios constantes, los 300 partidos de Vilaró son un símbolo de estabilidad, identidad y fidelidad. Un logro que no solo habla de su nivel competitivo, sino también de su capacidad para formar parte de un proyecto sostenido.

Andrea Vilaró no solo ha vestido 300 veces la camiseta azul de Avenida con el partido disputado ante Valencia Basket, la ha honrado en cada una de ellas.

Imagen creada por Monster Mondays