Hay encuentros deportivos que el paso del tiempo convierte en algo de envergadura mayor, duelos clásicos que son como actos teatrales que resisten el paso del tiempo. La rivalidad en el deporte es un ingrediente esencial que teje una narrativa rica que trasciende a lo físico y lo táctico y se sumerge en lo emocional. En cada repetición la magia perdura y eso se demuestra en los Avenida-Girona porque, aunque surgen otros grandes clubes aspirantes a todo, cuando estos dos equipos se encuentran en la pista pesa el presente y también la nostalgia. Los equipos y sus seguidores reviven momentos del pasado y esperan las hazañas que están por venir. Por eso, por mucho que la nueva cita llegue pronto en una jornada tres del campeonato liguero, la expectación era notable en Würzburg. Y es que como diría la mítica Encarnita, "¿A quién no le va a gustar vivir un Avenida-Girona, ese duelo clásico del Siglo XXI?, ¿a quién?".

Había ganas en el pabellón salmantino por ver a su equipo después de la victoria frente a Villeneuve y también curiosidad por observar a este 'nuevo' Girona de Antonja, Mitchell y un interior con muchos kilos y centímetros. De primeras quedó claro que el equipo gerundés va a jugar muchos minutos a lo que decida desde su posición de 1-2 la norteamericana. Ella, a la que intentaba frenar Delaere aunque no es sencillo encontrar quien frene su electricidad, asumía los primeros tiros y le metía un ritmo de vértigo al partido que aceptaba Avenida en un primer intercambio de canastas.

El acierto exterior permitía a Girona poner su primer ventaja, 9-14, aunque lo que realmente pesaba en su dominio era una defensa de ayudas sobre Fasoula que bloqueaba las ideas ofensivas de Avenida. De ahí el 9-18 y el primer tiempo muerto de Vázquez que movía por primera vez el banquillo dando entrada a Çakir y Gil.

Aunque la base turca rompió el parcial en contra con un par de buenas acciones, Avenida no acababa de encontrar la llave para superar la defensa de Girona, muy activa y rápida en las ayudas que además provocaba errores o llevaba al equpio salmantino al límite de posesión. Sí mejoró algo el rendimiento atrás pero Girona castigaba el mínimo error con un movimiento muy inteligente de balón y el marcador al primer cuarto era clarificador, 15-25. Imposible sostener un partido con esos puntos en contra.

Necesitaba más defensa Avenida e intentar meter más velocidad a sus ataques para no encontrarse una defensa tan fija en sus posiciones. Pudo correr, casi por primera vez, en su primer ataque del segundo parcial convertido por Vilaró y recuperó un balón para otra nueva canasta de Koné. Había que remar y cuanto antes y para eso nadie mejor que Silvia Domínguez. Tras un triple que no subió porque los arbitros consideraron que Prince había pisado la línea, la capitana robó un balón a Parra y anotó además de sacar falta. Un 2+1 para levantar al pabellón y poner a Avenida a tiro, 22-25, subido el equipo ya en la cresta de la ola que provoca su afición en momentos así en los que grada y equipo parecen contagiarse y solo hacía falta ver como celebraba Hartley una recuperación para constatarlo.

Momento 'Prince' del partido -es una jugadora que cuando está se nota hasta en lo gestual-, que aprovechaba Avenida para buscarla y situarse por delante en el marcador. Ahora las de Vázquez había dado con la tecla defensiva y todo lo que había acertado Girona en el primer cuarto se diluía con apenas dos puntos sumados en ocho minutos. Una de las consecuencias, que Avenida se liberaba y podía correr. Cerraba el segundo cuarto con una gran defensa que ponía rúbrica a la de todo un cuarto en el que dejó en cuatro puntos a su rival, 38-29. 

Se esperaba a un Girona más agresivo en ataque en la reanudación y seguramente con Mitchell como protagonista. Cierto es que la norteamericana parece imparable cuando penetra pero la defensa de Avenida, bien con Silvia Domínguez, con Vilaró o con Delaere la controlaba bien y se veía al equipo cómodo. Seguía haciendo daño Prince con su tiro frontal y ahora las ayudas a Fasoula no llegaban de manera que se mantenía la ventaja e incluso se incrementaba. Llevaba al límite de posesión a Girona para recuperar un balón y con +12 lograba sortear los cinco primeros minutos en los que otra baza a su favor era el control de rebote en su aro impidiendo segundas opciones.

Llevado por la inercia y probablemente las ganas de romper de forma definitiva se equivocaba el equipo en un par de ataques que permitían a Girona evitar la defensa posicional y ahí Mitchell sí que hace daño de manera que un parcial de 0-6 alertaba sobre un trabajo aun sin concluir.

El partido ponía inclinarse hacia cualquier lado con un acierto o un error a destiempo y Avenida aguantaba bien el tirón de Girona y además lograba cerrar el cuarto con un triple de Çakir sobre bocina que situaba todo en 57-48.

Todo a la defensa para afrontar la recta final con los dos equipos encontrando muchos problemas para anotar. También se notaba ya el cansancio en tiros cortos  que de normal sí van dentro. Se rompía la 'sequía' de la mejor forma, con triple de Leo Rodríguez que devolvía la ventaja por encima de los diez puntos a Avenida, 62-49.

Siguiendo el plan, con diferentes jugadoras sobre Mitchell, las locales habían conseguido frenar su aportación y en ausencia de una gran productora de puntos, con el rebote controlado por Avenida y jugadoras como Fasoula que resuelven en un baldosín la renta se consolidaba. 

Caminaba el equipo azul hacia otro triunfo. Otro de esos que como el de Euroliga consolidan el trabajo, porque además se vio que era una cita 'currada' desde el banquillo, y que además convencen a una afición que está entregada a lo que propone este equipo. ¿A quién en Salamanca no le va a gustar ir a Würzburg a ver ganar así a Avenida?, ¿a quién?