A Aurora Bullón Prieto no le gusta tener el más mínimo protagonismo. Quiere pasar desapercibida, pero es la primera y única mujer en ejercer como agente de la Policía Local en Alba de Tormes, junto a siete hombres.

Cuenta su historia en una entrevista a www.tribunasalamanca.com en el 8M. Entró en el cuerpo con 24 años y antes de esto estudió Criminología en la Universidad de Salamanca (USAL).

Los datos hacen que tenga que ser destacable, porque quedó la primera de su promoción. Cuando realizó los exámenes de la oposición en Zamora, a los que se presentaron en torno a 120 personas, "estábamos quince chicas", lamenta.

Con la emoción todavía en los ojos, comparte en primera persona la dureza de preparar una oposición: "Pasé muchas horas entrenando". Recuerda un invierno "especialmente frío" en Salamanca poniéndose a punto para superar las pruebas físicas. Hincó los codos como nunca antes, "sólo veía la luz del flexo". 

Todo esfuerzo tiene su recompensa y, tras aprobar, Aurora estuvo seis meses en la Escuela de Formación de Ávila compartiendo instalaciones con 3.000 policías nacionales de los cuales "la mayoría eran hombres".

Juró cargo en Zamora. "Éramos 160 personas, sólo nueve eran mujeres". Esa gran mayoría masculina a priori chirría: los datos indican que siguen siendo minoría en todas las policías locales. 

Ha llegado a notar "el trato discriminatorio por parte de algunos superiores por mi condición de mujer, y a la hora de trabajar también lo noté, pero en ningún momento me sentí acobardada por ellos", relata.

Aun así, ella lo consiguió compitiendo en igualdad de condiciones con otros agentes hombres y desde hace nueve años patrulla cada día como policía por las calles de la Villa Ducal. "Fui muy bien recibida por mis compañeros". 

Durante la entrevista destaca que en el año 2016 se creó la primera Asociación de Policías Locales de Castilla y León, que "ha mejorado mucho el servicio al ciudadano. Somos una plantilla de ocho policías y yo soy la única mujer, sólo tengo buenas palabras para todos ellos".

Ahora, trata de conciliar su vida laboral y familiar tras ser madre de dos niñas junto a su marido. "Combinar estas dos facetas es complicado". Se pasa el día corriendo de un lado para otro... "madrugadores, comedor, trabajo, extraescolares, casa, etcétera". "Tengo la suerte de contar con mi madre, es de gran ayuda", agradece.

No cree en las distinciones entre sexos a la hora de trabajar como policía, pero sí reconoce que "hoy en día hay mucha gente que prefiere hablar con mis compañeros hombres que conmigo". Sostiene que lo importante es la "implicación" de cada persona en el trabajo que realiza. 

En estos momentos, el sexo femenino sigue siendo un porcentaje pequeño de aspirantes a Policía Local en las plantillas de Salamanca capital, donde hay 34 mujeres entre 223 hombres. Aunque reconoce que es un camino duro, las anima a presentarse a las oposiciones si les gusta la profesión, "¡feliz día de la mujer!".