La Diócesis de Salamanca presentó esta mañana sus cuentas de 2021 y también un somero balance de su labor, ejercicio en el que ayudó a más de 1.700 desempleados a encontrar trabajo; atendió a 14.000 personas a mitigar su pobreza y a casi un millar de mayores, enfermos crónicos y personas con discapacidad. También socorrió a vícitmas de violencia de género, inmigrantes, drogodependientes y menores tutelados. La suma total de personas atendidas durante 2021 se elevó a 38.282.

El obispo de Salamanca, José Luis Retana, explicó también durante la comparecencia que la Diócesis salmantina también padece un "déficit" de personal religioso y que el problema más acuciante es la elevada edad media de sus sacerdotes, que ronda los 68-69 años. "No hay relevo", zanjó. No es una cuestión que ataña sólo a Salamanca, sino a todas las diócesis del país, y "nos hace vivir con cierto cansancio y desaliento porque no hay relevo". En el seminario mayor de Salamanca, por ejemplo, sólo hay un seminarista, aunque fueron también detectan "jóvenes inquietos a los que les resulta atractiva" la vida religiosa.

Retana atribuye esta situación a que "Dios no entra en la programación de la vida de la gente" y a que la vida religiosa está "muy socializada". En el futuro augura "comunidades más reducidas y más vivas". Hasta entonces toca adaptarse a lo que hay. En Ciudad Rodrigo, por ejemplo, los párrocos "no llegan todos los domingos a todas las iglesias. Hay que trabajar de forma distinta".

El obispo, finalmente, también hizo un pequeño balance de su labor al frente de las dos diócesis de las que se ocupa (Salamanca y Ciudad Rodrigo). Vive en un "calendario apretado, pero lo llevo bien. Es un poco estresante. Hay muchos reclamos de parroquias y sacerdotes". Desde que 'aterrizó en la provincia procedente de Extremadura no ha tenido "ni un día libre completo". Es una tarea "costosa, pero es lo que me ha pedido la iglesia".