El incendio de Monsagro se confirma como el más devastador de la historia reciente de la provincia de Salamanca. Declarado el día 11 de julio, cuando pasó del territorio de Extremadura a tierras salmantinas, el balance de los daños es desolador. Las primeras estimaciones de Copernicus hablaban de 8.600 hectáreas afectadas y ahora la Junta detalla en qué tipo de vegetación se han producido los daños.

Según el parte de incendios, este fuego sigue en investigación y mantiene sobre el terreno dos cuadrillas de extinción, otra del ejército y un agente ambiental. En el capítulo de daños, suma 4.894,43 hectáreas de arbolado; 1.259,35 de matorral; 1.198,06 de paso; 1.178,86 de agrícola; y 91,95 hectáreas de otro tipo de terreno.

Para ponerlo en contexto, decir que el incendio más grave de la historia, registrado este dramático 2022, ha sido el de la Sierra de la Culebra en junio (Sarracín y Riofrío) que ha quemado más de 15.000 hectáreas de arbolado para un total de unas 26.000; en el reciente de Cebreros han ardido 3.000  y en el que Quintanilla del Coco (Burgos) unas 1.700 hectáreas. El fuego de Losacio, el segundo en la Sierra de la Culebra, ha superado las 30.000 hectáreas, buena parte de arbolado, pero todavía sin perimetrar.

El incendio forestal de Monsagro, en la provincia de Salamanca, bajó a nivel cero el 29 de julio pasado, 18 días después de ser declarado; el 11 de julio saltó desde Extremadura. La mitad de esos días estuvo en nivel dos, con alta peligrosidad y varios focos simultáneos, y desde el 20 de julio volvió a nivel 1. En territorio de Salamanca, el fuego alcanzó el término municipal de La Alberca, obligó a desalojar tres pueblos y también el monasterio carmelitano de San José. En esos mismos días, el incendio de Candelario quemó cerca de 500 hectáreas completando unas fechas nefastas para los montes de la provincia.