La implantación de una zona sin coches en el centro de Salamanca ya no tiene vuela atrás. El proyecto, que cuenta con la financiación necesaria y todos los proyectos listos, ha echado ya a andar y ahora da un paso decisivo y millonario: una inversión próxima a los 6 millones de euros para los sistemas de control de acceso y para peatonalizar calles que formarán el anillo 'vedado' a los coches.

El proyecto de Zona de Bajas Emisiones de Salamanca está compuesto por varias líneas de actuación que incluyen también medidas de seguridad vial, nuevos pasos de peatones, aplicación de más tecnología en el bus urbano... Pero la parte nuclear es el área de circulación restringida y la preparación de las calles para su nueva función peatonal y el control de los accesos. Estos dos aspectos requieren de una inversión importante y este lunes se ha dado el primer paso.

El perfil del contratante del Ayuntamiento de Salamanca publica los anuncios previos para la contratación de dos de las actuaciones de mayor presupuesto. Por un lado, la implantación de un control de accesos a la zona peatonal y zona de bajas emisiones, que incluye la instalación de cámaras y tecnología y su puesta en funcionamiento; y, por otro, las obras de peatonalización de varias calles del centro, que pasarán a ser en plataforma única para hacer su función una vez se restrinja el tráfico.

Control de acceso

El contrato del control de acceso está anunciado por un presupuesto de 3,3 millones de euros con una ejecución por fases de hasta cuatro años. El proyecto contempla un sistema con cámaras, trece nueves y 21 ya existentes que se adaptarán y que tendrán la función de detectar y, en su caso, multar a los coches que accedan; una red con 24 puntos de control de acceso al área ZBE; un centro de control, señalización, sensores y un vehículo policial, además de su mantenimiento y operatividad durante cuatro años.

El sistema de restricción de accesos a la ZBE, además de las funciones relacionadas con los residentes y vehículos autorizados, que se inspeccionarían en un control de accesos de prioridad residencial, deberá ser capaz de controlar el acceso de los vehículos más contaminantes en función de la etiqueta ambiental según la clasificación vigente de la DGT, teniendo en cuenta el impacto medioambiental de los mismos, facilitando así la disminución del nivel de emisiones dentro de la ZBE definida.

El objetivo de este contrato es proporcionar a la Policía Local de Salamanca medios y procedimientos para la detección de los vehículos no autorizados dentro de las zonas de referencia - considerando todas las excepciones que en su caso puedan aprobarse - así como el eventual inicio procedimientos de sancionadores automatizados, derivados del incumplimiento de la normativa referida.

Peatonalizaciones

Por otro lado, se licita por lotes un contrato de 2,3 millones de euros para afrontar las principales peatonalizaciones que seguirán el modelo de la calle Ancha, recién terminada. En mayo la comisión de Fomento dio luz verde a cuatro proyectos más que consolidarán la conversión de calles convencionales en peatonalizadas, en algunos casos para acondicionar un entorno, pero fundamentalmente para transformar calles con tráfico como paso previo a las restricciones a la circulación que están previstas como parte de la implantación de la nueva Zona de Bajas Emisiones.

El área en la que se prohibirá el tráfico tiene que estar funcionando en 2023 y se siguen dando pasos como la creación del primer tramo de carril bici que llegará al centro y la ZBE.

De los cuatro proyectos, dos peatonalizan trayectos, con influencia en los recorridos de tráfico, y otros dos peatonalizan dos zonas en el barrio de San Juan. Se trata de las peatonalizaciones de la calle Íscar Peyra, de Vaguada de la Palma y Cuesta de Oviedo y del entorno de la iglesia de San Juan y de la plaza de El Campillo. En todas se adoptará plataforma única y se cambiará asfalto por losas con vistas a la conversión de su uso una vez se restrinja la circulación. Estos son, uno por uno.