Pese a los 19 puntos de ventaja con los que llegaba Perfumerías Avenida de Gran Canaria, el encuentro definitivo de los cuartos se percibía incómodo para el equipo salmantino por la obligatoriedad que siempre acompaña a las azulonas en la búsqueda de la victoria desde el mejor baloncesto pero también por la falta de presión con la que el conjunto canario afrontaba el duelo que no deja de ser ideal para su estilo. Entiéndase bien. Hablamos de un equipo recién ascendido, al que hace tres semanas se le reconocía el mérito de haberse salvado después de hacer una de las mejores segundas vueltas de la Liga gracias al desparpajo de su juego y a saber agarrarse a los partidos desde su mejor virtud, muchos puntos en sus manos, pero también en mejora en disciplina defensiva.
El de Würzburg era para ellas casi ese regalo final, el colofón perfecto a su temporada pudiendo jugar sin importar el marcador, sin tener que tener en ningún momento presente esa desventaja. En sus filas además jugadoras que han ofrecido un gran rendimiento tirando del carro todo el año, como James -más acertada todo el duelo que en Gran Canaria-, o Taylor y con nacionales como Hermida y España que desde el minuto uno miraron al aro sin complejos.
Devolvían las canastas que iban cayendo en su canasta de la mano de una Karlie Samuelson que comenzó con pleno hasta ocho puntos en todos sus lanzamientos y Cazorla. Toma y daca con el que aguantaban parejo el marcador con Kone imponiendo físico bajo los aros, al menos hasta las primeras rotaciones del equipo salmantino. Con la segunda entrada de Silvia Domínguez y dos acciones individuales de la base con sendas canastas más un triple de Leo Rodríguez se dilató por primera vez el marcador hasta el +7 para Avenida y con esa diferencia acabó el primer parcial, 27-20.
Una de las miradas del partido estaba en las circunstancias físicas que atraviesan varias jugadoras azulonas y el disgusto llegaba al ver a Karlie Samuelson pararse en seco tras un giro y mirar hacia el banquillo. Suma muchas semanas los músculos isquiotibiales de la pieran izquierda "como una piedra" así el gesto general en el banquillo azulón era de auténtico poema.
Como si no hubiera ya obstáculos uno más con 28 minutos aun de juego y teniendo que medir todavía más las rotaciones. Respondían bien las disponibles, con mucha seriedad atrás y la idea clara de buscar tiros liberados aun llegando en transición rápida. Iban aumentando su ventaja y más aun tras dos triples de Domínguez y Cazorla que se 'premiaban' mutuamente tras la buena asistencia de ssu compañera la dirección. Con 44-27 paraba el partido el banquillo visitante y aplaudía Íñiguez a las suyas aunque surgía otra dificultad tras la tercera falta de Lou Samuelson.
Tiempo muerto local para afrontar la situación en ese tramo final de cuarto en el que optó por situar a tres grandes en pista -Diallo, Milic y Alarie-, con la última abierta en ataque y defensa zonal con ella arriba. Dos buenas defensas y tres puntos sumó a su favor Avenida en dos ataques antes de volver a un dibujo más normal para el minuto final que se cerró con triple sobre la bocina de Milic para el 54-35.
Con la necesidad de que transcurrieran los últimos 20 minutos sin que pasara nada más arrancó el tercer cuarto, en el que la primera canasta era un triple de Maite Cazorla. Un poquito más de margen aunque eso ya importaba menos aunque no deja de ser un indicativo más de que estando en pista siempre hay que aprovechar. Más trabajo defensivo en zona, utilizada en contadas ocasiones esta temporada con tres grandes en pista, más minutos para Inés Santibáñez y otro susto, esta vez al caer Umi Diallo lamentándose de una rodilla aunque todo quedó en un susto porque en el último cuarto volvió a jugar.
Con todo escrito casi se rezaba ya por el pitido final. El objetivo estaba cumplido y no habia ganas de más disgustos en este Vía Crucis en el que se han visto varias jugadoras mientras el resto tenían que desgastarse de más para cubrir ausencias con un mérito notable porque cada partido se ha resuelto tan bien o mejor que el anterior.