Con la llegada de la manifestación a la Subdelegación del Gobierno, se pasó a leer el manifiesto y además Pauli, con 83 años y dueña del Río de la Plata quiso compartir su emoción y sensaciones tras toda una vida dedicada al mundo de la hostelería y con ganas todavía de seguir sirviendo a todo aquel que quiera acercarse hasta su negocio.
Nació en Valero y con padres dedicados al mundo hostelero, vivió desde bien pequeña entre fogones: "Nací en el año 1937 cuando nuestros tiempos eran duros y era muy difícil sobrevivir. Gracias a mis padres supe que era posible regalar a las personas unos instantes de felicidad con un plato de comida y una sencilla jarra de vino. Así supe cual era mi profesión", comienza.
En 1958 creamos nuestro restaurante con la misma filosofía de aquel entonces; trabajo constante, esperada atención y un único objetivo que cada cliente disfrutara mientras degustaba los buenos sabores de siempre. Ahora, a mis 83 años y no siendo tan niña, tengo las mismas ganas de trabajar, pero ha llegado un enemigo invisible....".
Y paró, porque la emoción le impedía seguir, entonces los aplausos envolvieron a la veterana hostelera salmantina.
Después, continuó hablando: "Pido a las autoridades que hagan lo que tengan que hacer, para que no se seque ningún río, los frutos nacen cuando el agua los riega y si el río se seca ya nunca podrán navegar nuestros sueños".
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