Miles de personas han recorrido las calles de Salamanca junto a la cofradía más multitudinaria de la capital para vislumbrar la Imagen de la Señora.
Dicen que la procesión de la Soledad es diferente a todas las demás, y no se equivocan. Entre la tradición y emoción de miles de hermanos, la llamada Señora de Salamanca, la Virgen de la Soledad (que fue tallada por Mariano Benlliure en 1941) ha lucido bella y espléndida en la madrugada de este Sábado Santo entre un sin fin de mujeres con mantillas que han guardado riguroso luto.
Muchas lágrimas se han dejado ver entre los más devotos en las cercanías de la puerta de la Catedral donde esperaban ansiosos que la Imagen saliera un año más acompañada de La Soledad de la Cruz, obra de Vicente Cid y Tomás Monzón, en 1997.
A las doce en punto se abrieron las puertas y comenzó a desfilar la comitiva, en la que destacaban decenas de portadoras de velas, que alumbraron el recorrido de la Virgen por Salamanca. El negro caracterizó la marcha, pues es este color el único en el hábito de los hermanos. Todas las túnicas, capas, capirotes, cíngulos, zapatos, calcetines y guantes estuvieron teñidos de sus enlutados tonos.
La agrupación musical ha dado comienzo con la 'Muerte no es el final'. Desde la Catedral, el desfile, lleno de luto y recogimiento, se dirigió a San Esteban, donde, como es tradición, la Virgen de la Soledad se asomó a la puerta de la iglesia conventual.
Así ha llegado el momento culminante en la Plaza Mayor. Luces apagadas y el canto de la Salve para finalizar el recorrido poniendo rumbo a la Catedral.... Casi cinco horas después, cuando el sol de la mañana ya dejaba verse.
Comentarios
Deja tu comentario
Si lo deseas puedes dejar un comentario: