
Esta medida y la obligación de guardar las terrazas han encendido los ánimos de los dueños de los locales de la Plaza Mayor y alrededores.
La Nochevieja Universitaria siempre trae consigo controversia cada año.
En esta ocasión, son los hosteleros de establecimientos de la Plaza Mayor y alrededores los que se han mostrado indignados con la medida adoptada por la Policía y la organización de no permitir la venta de vasos de plástico. La intención, a priori, es la de que no se beba alcohol en la calle, aunque los hosteleros aseguran que de esta manera les quitan "el 97% de los ingresos que podíamos hacer esa noche", como aseguran a TRIBUNA algunos de ellos.
"¿Pero qué pretenden que haga la gente en la Plaza, mirarse a la cara?", subraya otro. "Este tipo de obligaciones nos condena a no poder trabajar ese día", se lamenta.
El hecho de que tengan que quitar las terrazas y no puedan dejarlas apiladas como suele ser costumbre en la Plaza, es otro quebradero de cabeza para los hosteleros: "Yo no tengo almacén, por ejemplo, y guardo la terraza dentro del local cuando cierro, pero al tenerlo abierto ¿dónde vamos a meter las sillas y mesas?", apuntan.
Varios de ellos coinciden en señalar que, al menos, podían habilitar una zona cercana a la Plaza en la que dejar las terrazas apiladas con candados, como hacen normalmente.
Algunos, incluso, han decidido no abrir el 15 de diciembre para evitar problemas, renunciando así a trabajar ese día, pero también quitándose otros muchos problemas de encima.