
El presidente del PP y candidato 'in pectore' a la Junta llegará a su convención regional como segundo de la carrera electoral y perdiendo a manos llenas la herencia de Herrera.
Cuesta arriba y sin fuerza, o cuesta abajo y sin frenos. Así pinta el panorama demoscópico para el candidato 'in pectore' del PP a la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que se ve literalmente atropellado por la última oleada del CIS, que le coloca en una posición muy difícil. Lo fundamental, que el resultado de la última encuesta de intención de voto aúpa a Ciudadanos como fuerza más votada en Castilla y León, relega al PP al segundo puesto y complica sus opciones de tomar el relevo de Juan Vicente Herrera en la Junta, una herencia que puede no llegar siquiera a disfrutar: el resultado le aleja de la presidencia de la Junta más que nunca.
La encuesta llega en el peor momento posible. El PP está a punto de celebrar su convención regional, que será en Salamanca durante el mes de noviembre. Si la cita no se retrasa, el CIS de octubre será el vigente cuando Fernández Mañueco se dirija a sus afiliados ya como presidente de la segunda fuerza en intención de voto. Y también saldrá de la convención como candidato (ya confirmado y oficial, se supone) de un partido que se ve obligado a remontar en las encuestas mucho más terreno del que acostumbra.
En su contra corre el mal resultado que está cosechando el 'efecto Mañueco'. La llegada de una nueva cara y un nuevo aspirante debería impulsar al PP, pero por ahora su candidatura no se ve acompaña de vientos demoscópicos favorables y puede truncar sus eternas aspiraciones de ocupar el sillón del sempiterno Herrera. El salmantino hace años que aspira a disfrutar de las mieles del Gobierno regional, el legado del histórico presidente burgalés, pero esa herencia se deshace entre sus manos sin que haya llegado a tocarla.
El anhelo de Fernández Mañueco se le escapa ahora entre los dedos con un doble y peligroso 'sorpasso'. Cs ocupa, por primera vez, el primer lugar en las preferencias electorales de los castellanos y leoneses, al menos, en cuento a intención de voto directa para unas posibles generales. Y el PP no sólo pierde la posición como fuerza más votada en Castilla y León, sino también el segundo puesto en el cómputo nacional, algo negativo teniendo en cuenta el efecto directo del voto en clave nacional para las elecciones autonómicas y municipales. Un panorama extremadamente nublado.
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