Investigadores de las universidades del País Vasco (EHU) y de Salamanca (USAL) se han reunido este viernes en Bilbao para impulsar una iniciativa destinada a la investigación interdisciplinar para el esclarecimiento de la muerte del escritor y filósofo Miguel de Unamuno.

En la reunión han participado también el rector de la EHU, Joxerramon Bengoetxea, y el director del Instituto Vasco de la Memoria, Alberto Alonso, según ha informado la Universidad pública vasca y recoge la Agencia EFE.

De este modo, un grupo de docentes de varios departamentos de la EHU apoyarán la investigación de la Universidad de Salamanca. Entre otros, participarán en la investigación el catedrático de Literatura Jon Kortazar y el de Derecho Penal Jon Mirena Landa, junto al Instituto Aranzadi, del que forma parte la antropóloga forense Lourdes Herrasti, e investigadores del Instituto vasco de Medicina Legal.

David Hoyos y Jon Bernat Zubiri, coordinadores del grupo de apoyo, han señalado que los diferentes indicios de criminalidad en torno a la muerte de Unamuno, en su propia casa y en extrañas circunstancias, han motivado la participación de la EHU en la investigación promovida por la USAL.

Esta investigación debe esclarecer "lo que sucedió aquella noche entre el falangista Bartolomé Aragón y Unamuno, que no había tenido ningún síntoma de indisposición y que había manifestado en varias ocasiones que estaba amenazado de muerte y deseaba escapar del arresto domiciliario al que estaba sometido".

El rector de la EHU ha recalcado el "componente histórico del proyecto" y ha puesto en valor la colaboración establecida entre ambas universidades, así como con agentes "de gran relevancia" en la materia.

Por su parte, el director del Master de Conducta Criminal de la USAL, Francisco Javier de Santiago, y la psicolingüista María Montfrag han recordado durante la reunión cómo fueron los dos últimos meses de vida de Unamuno, el arresto domiciliario al que estaba sometido, las amenazas de autoridades del Régimen y las circunstancias "más que sospechosas" de su muerte. También se han referido a "la apropiación" que hicieron del cadáver de Unamuno los falangistas y su entierro "precipitado".

Esa madrugada del 1 de enero de 1937 fusilaron en las tapias del cementerio de Salamanca a 11 personas del Ayuntamiento de Béjar, entre las que se encontraban el alcalde, el secretario y varios concejales, a quienes sacaron de madrugada y les pasearon por la Plaza Mayor antes de la ejecución.