Tras encadenar tres empates consecutivos fuera de casa que le costaron el liderato y después de vencer con solvencia al Athletic Club en San Mamés, el Real Madrid volvió a tropezar este domingo. En su regreso al Santiago Bernabéu 36 días después, el equipo blanco cayó derrotado por 0-2 ante un Celta de Vigo eficaz y ordenado, firmando una actuación que deja dudas y preocupación en el entorno madridista.

Lejos de la contundencia mostrada en Bilbao, el Real Madrid se mostró espeso y falto de ideas en ataque. Arda Güler dispuso de hasta tres ocasiones en la primera mitad, la más clara en el minuto 37, pero no logró batir a un Radu seguro bajo palos. También Vinícius tuvo un mano a mano tras un balón largo de Tchouaméni, aunque llegó forzado y el guardameta rumano volvió a imponerse.
El Celta tampoco renunció a hacer daño. Antes del descanso, Pablo Durán probó a Courtois tras un pase filtrado de Borja Iglesias, pero el belga salvó el empate inicial. El propio Durán generó problemas constantes al espacio a la zaga blanca, en una primera mitad que terminó 0-0 y dejó además la peor noticia para los locales: la lesión muscular de Éder Militao, que se suma a una larga lista de bajas defensivas.

Tras el descanso, el guion no cambió... salvo el marcador. En el minuto 54, Williot Swedberg abrió la lata con un elegante remate de tacón, culminando una jugada colectiva del Celta tras centro de Bryan Zaragoza. Poco después, la situación se complicó aún más para el Real Madrid con la expulsión de Fran García, que vio dos amarillas en apenas un minuto y dejó a su equipo con diez.

Con inferioridad numérica, los de Xabi Alonso apelaron más al orgullo que al fútbol, pero apenas generaron peligro real. Mbappé rompió su racha goleadora al fallar una vaselina en el minuto 77, y Gonzalo García cabeceó fuera diez minutos después. El Celta, sólido con defensa de cinco, resistió y aprovechó los espacios mientras el Real Madrid acumulaba frustración, que culminó con la expulsión de Álvaro Carreras por protestar.

Ya en el tiempo añadido, Swedberg sentenció el partido con el 0-2 definitivo, sellando una victoria histórica del Celta en el Bernabéu. Los gallegos alcanzan así los 19 puntos, mientras que el Real Madrid confirma su mal momento: solo seis de los últimos quince puntos posibles y una dinámica que convierte al Barcelona en líder más sólido, pasando los blancos de una ventaja de cinco a una desventaja de cuatro en apenas unas semanas.