Ni joyas ni dinero: el botín elegido por este ladrón fue bastante más de andar por casa. La Policía Nacional ha detenido en Valladolid a un hombre acusado de un robo con fuerza en la tienda de una gasolinera, a la que accedió rompiendo la cristalera y de la que se llevó un curioso botín compuesto por cervezas, helados y cajetillas de tabaco.
El episodio se descubrió a primera hora de la mañana, cuando el encargado del establecimiento llegó para abrir la tienda, sobre las 7:00 horas, y se encontró al intruso dentro… disfrutando tranquilamente de un helado. Al verse sorprendido, el hombre huyó a toda prisa, dejando tras de sí un buen número de daños y un reguero de evidencias.
Tras una inspección, se comprobó que faltaban varios productos y que la máquina expendedora de tabaco había sufrido daños. El responsable reconoció al autor de inmediato: no era la primera vez que lo veía actuar.
Aunque en un primer momento la búsqueda policial no dio resultados, unas horas después, sobre las 12:00, los agentes localizaron latas de cerveza y tabaco abandonados en una finca. Siguiendo el rastro, llegaron hasta una casa en ruinas donde el sospechoso se refugiaba con parte del botín: tres envases de comida preparada y cuatro cajetillas de tabaco.
Finalmente, fue detenido y puesto a disposición judicial. El juez decretó su libertad, aunque su peculiar atraco —más propio de un antojo nocturno que de un golpe planeado— quedará como un antecedente más en su historial.








