La Sala B de la Hospedería Fonseca de la Universidad de Salamanca muestra una exposición que recorre la historia del festival Farinato Rock, una muestra que reúne fotografías, documentos y testimonios y que se podrá visitar hasta el próximo 26 de octubre. La presentación corrió a cargo de Marta Gutiérrez Sastre, vicerrectora de Estudiantes, Inclusión, Igualdad y Compromiso Social; Javier Panera, director del Servicio de Actividades Culturales; y de Alejandro Casas Gómez y Morgane Casagrande, en representación del Colectivo Estudiantil Alternativo (CEA).

El Farinato Rock, impulsado por el CEA hace ya tres décadas, continúa siendo un referente de encuentro musical y político en Salamanca. Desde los años noventa ha contado con la participación de un centenar de grupos locales y estatales en diferentes escenarios de la ciudad. Más de cien artistas han formado parte de sus carteles, consolidando al festival como una de las citas culturales autogestionadas más veteranas de España.

Su permanencia no se entiende únicamente desde lo musical: el festival está estrechamente ligado al movimiento estudiantil salmantino y a las luchas sociales y universitarias que lo han acompañado a lo largo de estos treinta años. La exposición busca poner en valor esta trayectoria colectiva y militante, así como mostrar la capacidad del festival para adaptarse a distintos ciclos de movilización, manteniendo siempre su compromiso político y cultural.

Tal y como explicaron los representantes del CEA, "esta muestra ha sido un proceso de aprendizaje y de transmisión. A la vez que recuperamos documentos, fotografías y testimonios, hemos querido reflejar algunos de los debates y tensiones que han marcado la organización del festival: desde las dificultades materiales en la autogestión hasta las reflexiones políticas que han acompañado su desarrollo".

La exposición se organiza en varios apartados temáticos que incluyen materiales originales de los primeros años del festival y documentos de archivo que reflejan los principales ejes de trabajo político durante estas tres décadas: el internacionalismo, la memoria histórica y el antifascismo, y la defensa de una educación popular crítica y transformadora. En definitiva, se trata de una invitación a redescubrir la trayectoria del Farinato Rock como espacio de cultura, militancia y resistencia compartida, poniendo en diálogo el resultado visible de cada edición con el esfuerzo colectivo y las motivaciones que lo han sostenido.