Los 15 chavales saharauis que pasarán el verano en compañía de familias salmantinas gracias al programa 'Vacaciones en paz' han pasado hoy por el Ayuntamiento de la capital, donde han sido recibidos por la concejala de Familia e Igualdad de Oportunidades, Miryam Rodríguez, en representación de toda la corporación municipal. También han acudido la presidenta de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Salamanca (Ampusasa), Ángeles Giménez, y el delegado saharaui en Castilla y León, Abdalahe Hamad.

Rodríguez ha reivindicado a Salamanca como una ciudad "de concordia, acogedora y que no olvida la realidad social" de otros pueblos y ha recordado la colaboración consistorial con Ampusasa para que los niños "puedan salir de los campamentos" de refugiados "y venir cada verano para disfrutar con unas familias maravillosas". Estas visitas también contribuyen a "sensibilizar" a la sociedad sobre la tragedia del pueblo saharaui. 

Miryam Rodríguez fue obsequiada con dátiles y abalorios saharauis. 

Ángeles Giménez reconoció que sin la ayuda del Ayuntamiento "sería complicado" que los menores pudieran venir a Salamanca, les deseó a todos "un verano estupendo y que disfruten" y, como cada año, deseó que fuese el último del plan 'Vacaciones en paz': "Ojalá sea el último año que los niños tienen que venir desde desierto y puedan hacerlo desde un país libre".

El delegado saharaui en Castilla y León, obviamente, también aludió a la compleja situación del Sáhara Occidental, ocupado desde hace 50 años por la "dictadura de Marruecos", que "nos hizo salir con lo puesto" y "robó la libertad, la tierra y el mar" de los saharauis. "Por eso los niños nacieron en ese exilio inhóspito, incluso algunos de sus padres lo hicieron", lamentó Abdalahe Hamad, quien pidió centrar el foco sobre "los 50 años de represión de Marruecos". 

Por supuesto, agradeció la implicación de las familias e instituciones de la región "por su humanidad" y las invitó a que animen a otras a participar en el programa de acogida, ya que "en el Sáhara hay 1.100 niños sin poder venir por falta de familias". Los 15 chavales que pasarán el verano aquí "deberían aumentar considerablemente", concluyó.

"Aprendemos de ellos"

La experiencia de la familias de acogida, a tenor de las palabras de una de ellas, es más que satisfactoria. Lourdes es la 'madre salmantina' de Chej, un niño saharaui que visita Salamanca por segunda vez. "Siempre me ha gustado ayudar a los más necesitados. Tuve un bebé, pedi un tiempo en el trabajo y dije 'voy a hacer esto hora que tengo tiempo'", explica sobre los motivos para participar de nuevo en 'Vacaciones en Paz'.

Lourdes y Chej, antes de la recepción en el Consistorio.

La experiencia de 2024 fue "enriquecedora". Los primeros días "estaba más tímido, pero se adaptó súper bien y este año estaba deseando venir" para disfrutar de "piscina, río, las fiestas del pueblo, montar a caballo, que le encanta...". En realidad, explica Lourdes, "aprendemos de ellos. Aprendemos la humanidad que tienen, la sencillez... lo ven todo fácil, cosas que nosotros damos por sentadas, como el agua, la luz... nos enseñan a valorarlo".