Manuel Diosleguarde salió por la puerta grande de Zamora como máximo triunfador de la corrida celebrada con motivo de las fiestas de San Pedro. Lo hizo con tres orejas cortadas a ley y justificando con creces su inclusión en el cartel como sustituto. Le acompañó en la salida a hombros Borja Jiménez, que obtuvo dos trofeos. Emilio de Justo fue ovacionado sin llegar a redondear.

Desde el primer toro, Diosleguarde dejó claro que venía a por todas. Aunque tuvo un susto al principio, pronto conectó con el público gracias a su forma valiente y decidida de torear. El toro, llamado Mirador, fue muy bueno, y el salmantino lo aprovechó al máximo. Hizo una faena breve pero muy intensa, con momentos muy emocionantes. Mató bien y cortó dos orejas.

Con su segundo toro, que fue más complicado, volvió a demostrar entrega. Empezó de rodillas y, aunque el toro no se movía tanto como el anterior, no se rindió. Sacó lo mejor del animal y volvió a emocionar al público. Mató con acierto y le dieron otra oreja, cerrando así una tarde muy importante para él.

Borja Jiménez también salió a hombros tras cortar dos orejas. En su primer toro, las cosas no salieron del todo bien porque el animal se lesionó, aunque él lo intentó con mucha actitud. Fue en su segundo cuando logró lo mejor: hizo un toreo muy valiente, incluso de rodillas, y consiguió una faena que fue mejorando con el paso de los minutos. La última parte fue muy buena, y por eso fue premiado.

Emilio de Justo no tuvo el día. En su primer toro no logró conectar con el público, aunque el animal era noble. En el segundo lo intentó más, incluso toreando de rodillas, pero no llegó a destacar como en otras tardes. Aun así, fue ovacionado por su esfuerzo.

Los toros, de la ganadería de El Pilar, ofrecieron un gran espectáculo, sobre todo los que le tocaron a Diosleguarde y Jiménez. Fue una tarde con emoción, buen ambiente y dos triunfadores claros, con un nombre propio por encima del resto: Manuel Diosleguarde, que dejó claro que está preparado para grandes cosas.