La capilla del Hospital Clínico Universitario de Salamanca se ha convertido durante esta semana en un espacio de fe y consuelo, en el marco del Jubileo de los Enfermos, que se celebra hasta el 25 de mayo con oraciones diarias ante la imagen de Jesús Resucitado.

La talla, obra de Alejandro Carnicero y cedida por la Cofradía de la Vera Cruz, permanecerá allí como signo visible de esperanza para los enfermos, sus familias y los profesionales que les atienden.

Mercedes Bayo, religiosa de los Sagrados Corazones y miembro del Servicio de Asistencia Religiosa Católica en el hospital, acompaña cada día a pacientes y familiares. Para ella, este Jubileo es "una Pascua orante en torno al Resucitado", un gesto profundamente simbólico:

"La imagen está para ayudarnos a rezar en clave de esperanza, de resurrección y de paz en un contexto donde el dolor y la enfermedad nos hace dudar y poner bajo sospecha el amor de Dios y su misericordia".

Bayo destaca cómo el hospital es, quizá más que ningún otro lugar, el espacio donde más se experimenta la fragilidad humana, y donde más necesaria es la presencia de la fe: "Ante un diagnóstico difícil se tambalea la esperanza: en el Señor, en los demás, en la ciencia, en los cuidados…".

Por eso, la Diócesis de Salamanca ha querido que este año la Pascua del Enfermo tenga como centro el Hospital Clínico, como reflejo de su compromiso con quienes atraviesan el sufrimiento.

Desde el domingo 18 hasta el sábado 24 de mayo, cada tarde a las 18:30 horas, se celebra una oración guiada por distintos grupos pastorales, como el Servicio Diocesano de Pastoral de la Salud, Apostolado Seglar, Pastoral Juvenil, Universitaria, Familia y Vida, CONFER, entre otros. Además, se mantiene la eucaristía diaria a las 12:00 horas (excepto sábados, a las 18:00 horas).

El culmen de esta semana especial será el domingo 25 de mayo, a las 18:30 horas, cuando tendrá lugar el Vía Lucis de la Esperanza frente al hospital, con la participación de numerosos grupos y movimientos diocesanos vinculados con el acompañamiento del dolor y la enfermedad. La procesión se realizará con la imagen del Resucitado y la Virgen del Consuelo del hospital, y se rezarán siete estaciones preparadas por representantes del mundo sanitario, de la discapacidad, de la pastoral y de comunidades religiosas.

"Queremos hacer memoria de ese Resucitado que también tiene palabras de aliento y de vida para nosotros hoy", subraya Mercedes Bayo, quien invita a la comunidad diocesana a participar: "Es un gesto público y fraterno de la Iglesia de Salamanca hacia los enfermos, sus familias y quienes les cuidan, haciendo presente la esperanza allí donde más se necesita".