Las carreteras de Castilla y León registraron en 2023 un total de 107 siniestros mortales en los que fallecieron 119 personas -17 menos que en 2022- y otras 64 personas sufrieron heridas que requirieron su ingreso hospitalario. Los motoristas son el colectivo que más incrementa su mortalidad, con 21 fallecidos, cinco más que el año anterior, mientras que disminuyen los peatones muertos por atropello, ocho frente a diez. En todo caso, la cifra de 107 muertos es muy superior a los contabilizados en 2021 (90 fallecidos), 2020 (89) y 2019 (96 decesos).

Las cifras difundidas se enmarcan en un contexto en el que han aumentado un 2% los desplazamientos de largo recorrido, hasta los 448,7 millones de viajes por carretera a nivel nacional.

La Delegación del Gobierno de Castilla y León destacó en un comunicado recogido por la Agencia Ical que ha descendido tanto el número de siniestros mortales registrados como el número de fallecidos. En cuanto a la letalidad media (número de fallecidos por siniestro) ha disminuido. Además, ha habido 266 días sin fallecidos, ocho días menos que en el año anterior. El promedio diario de víctimas mortales en carretera ha sido de 0,3 personas.

De las 119 personas fallecidas, 92 (77 por ciento) murieron en siniestros en vías convencionales, 14 personas menos que en 2022. En vías de alta capacidad los decesos han disminuido respecto al año anterior: en 2023 murieron 27 personas, tres menos que en 2022. Estos datos confirman que se mantiene estable la relación de que tres de cada cuatro fallecidos se producen en siniestros que tienen lugar en vías convencionales.

Tipos de accidentes

La salida de la vía sigue siendo el tipo de siniestro que más fallecidos registró con 62 personas, el 52 por ciento del total de fallecidos, cifra similar a la del pasado año. Por el contrario, disminuyeron un 40 por ciento los fallecidos en colisiones laterales y frontolaterales.

Por tipo de usuario, aumentaron en un 21 por ciento los usuarios vulnerables fallecidos, situándose en 35 fallecidos, seis más que en 2022. Este incremento fue desigual entre los distintos tipos de usuarios vulnerables, ya que la mortalidad entre los motoristas subió un 31 por ciento respecto a 2022.

Por características de la víctima, la franja de edad que más aumentó a su mortalidad es la de 45 a 54 años con 37 fallecidos, el 31 por ciento del total y un 85 por ciento superiores a las de 2022. Se incrementó también la mortalidad infantil ya que el año 2023 registró un total de cinco fallecidos entre 0 y 14 años, la cifra más alta de los últimos diez años junto con el año 2015. Por su parte, el grupo de 65 y más años concentró el 18 por ciento de las personas fallecidas (22), con un descenso del 45 por ciento (-18) respecto al 2022.

Por sexos, los hombres concentraron el 76 por ciento de las víctimas mortales (91) frente al caso de las mujeres (28) que supusieron el 24 por ciento restante. Estas cifras son un uno por ciento inferiores a las de 2022 en el caso de los hombres y las mujeres. Por temporalidad del siniestro, el 55 por ciento de los fallecidos (66) se registró en día laboral frente al 45 por ciento (53) del fin de semana. Además, quince personas que viajaban en turismo y furgonetas no hacían uso del cinturón de seguridad mientras que todos los motoristas y ciclistas llevaban casco.

Datos por provincias

Burgos y León registraron las mayores cifras de siniestralidad vial. En el caso de Burgos, hubo una disminución respecto al pasado año de un once por ciento, con dos menos, hasta los 18 muertos. En cambio, León tuvo un aumento del 85 por ciento (once más), hasta los 25 fallecidos. Por el contrario, Palencia contabilizó la menor cifra con el 1 por ciento del total, con dos fallecidos, que supone un descenso del 75 por ciento. Entre medias, se situaron los 16 muertos de Soria (14,3 por ciento más); los 13 de Salamanca (-7,1 por ciento); los doce de Zamora (-29,4 por ciento); los once de Ávila (-26,7 por ciento); otros once en Valladolid (-38,9 por ciento) y otros tantos en Segovia (-21,4 por ciento).