Santa Marta de Tormes acoge un proyecto pionero en Castilla y León a través de la integración sensorial neurológico motórico con el que personas de todas las edades con algún tipo de disfunción neurológica acceden a terapias y actividades con las que mejorar las funcionalidades de su cerebro. Y todo ello gracias al tenis. 

Se trata, según han explicado los concejales Silvia González y Jesús Hernández, y Óscar Torres, director del proyecto, de una iniciativa que se lleva a cabo en la Escuela de Tenis municipal y que tiene lugar cuatro días a la semana en las pistas de tenis de La Fontana. Además, la iniciativa es pionera en toda Castilla y León, ya que "no hay un centro similar en el que se trabajen todas las terapias".

El proyecto trabaja "la lateralidad visual y auditiva y su sistema vestibular y a partir de ahí ordenar a los chicos. Las lateralidades auditivas influyen mucho. Si yo escucho por el oído izquierdo y la información va al hemisferio derecho del cerebro, tiene que volver al izquierdo, que es donde está el lenguaje. Esto en una persona con muchas potencialidades no se nota, pero en personas que no tienen tantas potencialidades al final terminamos en fracasos escolares", ha explicado Torres.

Durante la terapia que se realiza en esta escuela, se realizan actividades de estimulación, trabajo cognitivo para trabajar la atención, la memoria, la velocidad de ejecución, lo que "se traduce en mejoras en la salida, cómo habla, cómo se mueve, a qué velocidad ejecuta todos los patrones". Se trata de un proyecto de "integración sensorial neurológico motórico donde vienen personas a jugar al tenis, pero vienen también muchas personas a que se les estimule", ha asegurado Torres, quien ha contado algunos ejemplos de personas que han acudido a esta terapia: "Hemos tenido a un chico que no veía por un problema neurológico y conseguimos que la señal eléctrica le llegara al ojo y pudiera ver. También hemos tenido a un chico con una hemiparesia en un brazo y le hicimos una estimulación y al final conseguimos que moviera su mano y su pie".

Y es que, a estas actividades acuden personas de todas las edades y de todo tipo de condiciones. Personas con párkinson, síndrome de down, autismo, Asperger, con dificultades de aprendizaje y "gente sin estas enfermedades pero con problemas académicos en los centros educativos de Santa Marta, de toda Salamanca y de otras zonas de españa como Madrid o Guadalajara".

"No somos médicos, nos dedicamos a estimular el cerebro y las capacidades de cada persona. Es muy importante el trabajo que hacen los médicos y los psicólogos, pero también es muy importante el que se puede hacer desde el ámbito del deporte porque una persona cuando llega aquí está motivada. Cuando vienen aquí ven a niños jugando y ya ellos se animan y sus procesos atencionales mejoran", explica el director del proyecto.

Desde su puesta en marcha la escuela trata a más de 170 personas al año desde los dos años hasta los 80, ya que "no hay límite de edad y podemos trabajar con cualquier tipo de persona", aunque la mayoría de sus usarios son "chicos con dificultades desde los 2 hasta los 18 años". El proyecto es una iniciativa solidaria y sin ánimo de lucro en el que colabora el Ayuntamiento de Santa Marta y que está formado por un equipo multidisciplinar de nueve personas en el que trabajan fisioterapeutas, psicólogos, psicopedagogos, logopedas, pedagogía terapéutica. Además, cuentan con el apoyo de un neurólogo y un psiquiatra. "No digo que se cure a nadie, pero reestructurando sus funcionalidades podemos hacer que los chicos hablen mejor y que su cabeza vaya más rápida", aseguran.

El proyecto colabora con la Asociación Síndrome de Down Salamanca, ya que sus miembros acuden a esta terapia. En este sentido, Catalina García, presidenta de la asociación, ha destacado el avance de quienes participan. "Cuando nos propuso que jugaran al tenis pensamos que no sería posible. Pero les enseñó simplemente a darle a la pelota y a amar el tenis. Nuestros chicos han ido evolucionando y han mejorado. El proceso es largo, han sido muchos meses de estimulación pero la mayoría han notado una mejora importante a la hora de hablar, de entender, de relacionarse".

Cristina es una de las jóvenes que ha participado en estas terapias. Llegó con muchas dificultades y ahora colabora como profesora para otros chicos que llegan al proyecto. "Hablo mejor, me muevo mejor y más rápido y me cuesta mucho menos relacionarme con otras personas", cuenta. Y es que el objetivo último es la inserción laboral.

Por su parte, la concejal Silvia González destacó la importancia de este proyecto para Santa Marta. "Igual que se entrena el cuerpo, la mente también se puede entrenar", ha dicho.