carta del director

El informe PISA desnuda las prioridades políticas

El último resultado del Informe PISA vuelve a situar a la Comunidad de Castilla y León en la vanguardia de la educación en España. Este prestigioso Informe del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA) es un estudio llevado a cabo por la OCDE a nivel mundial que mide el rendimiento académico de los alumnos en las tres materias consideradas esenciales: matemáticas, ciencia y lectura.

La Comunidad de Castilla y León ha conseguido acreditar a lo largo de los años una calificación destacada dentro del territorio español, pero también en datos comparativos con países como Canadá o Escocia, con los que comparte esos primeros lugares de este ranking que ofrece unos datos significativos que tienen mucho que ver con la forma de aplicar diferentes políticas y prioridades educativas.

Según diferentes expertos, una de las claves es la importancia que la sociedad de Castilla y León le otorga a la educación. En primer lugar porque se valora y respeta la labor de los docentes dentro de un clima más propicio para el estudio, además de contar con altas tasas de alfabetización poniendo por delante la cultura del esfuerzo y la excelencia. Contrasta la estabilidad en los resultados de Castilla y León frente a la debacle de otros territorios con complejidades autonomistas más reivindicativas y centradas en la lengua. La Generalitat de Cataluña se ha centrado especialmente en el aprendizaje del catalán porque es una indudable vía de posicionamiento político y diferenciador frente al resto de España. Eso conlleva que desplace otras prioridades, como puede ser la mejora del aprendizaje y aparte a los núcleos esenciales de la escuela que deberían centrarse en el bienestar del alumno y su formación.

La realidad es que Cataluña y el País Vasco aparecen seriamente retratados en este Informe PISA y se sitúan por debajo de la media de España, de la OCDE y de la Unión Europea en todas las materias. Es más, Cataluña se sitúa entre las seis peores comunidades del estudio en España a pesar de presentar un nivel socioeconómico alto. Los datos tampoco son buenos para el País Vasco, que ha pasado de ser un territorio con muy buenos resultados y una fuerte inversión en educación a perder 25 puntos en lectura, por detrás de Extremadura y Castilla-La Mancha.

Los resultados agregados de las tres pruebas (matemáticas, ciencia y lectura), visualizan a Castilla y León con un liderazgo indiscutible que, en este orden, le sitúan por delante de Asturias, Cantabria, Madrid, La Rioja, Galicia, Aragón, Navarra, Comunidad Valenciana, todas ellas por encima de la media española. País Vasco, Baleares, Extremadura, Murcia, Cataluña, Castilla-La Mancha, Andalucía y Canarias están por debajo del promedio.

Seguramente no haya demasiadas conclusiones políticas de este informe. No interesa mostrar debilidades cuando las prioridades de los territorios con afanes separatistas son otras. La política, especialmente en esto, deja evidencias de su escaso apego a la conveniencia general. No puede haber mejor inversión en el futuro que la educación de nuestros alumnos. Pero como impera el corto plazo, los resultados reflejan esas enormes goteras de un sistema basado en el afán partidista por encima del interés común.